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Liquenlab: El sueño del arte en un futuro ecológico, feminista e integrador.

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LiquenLab: una simbiosis que conjuga creatividad, propósito y voluntad.

Vía Impure Magazine

Corría el año 2004, cuando Sandra Ulloa de Punta Arenas y Nataniel Álvarez de Puerto Natales, decidieron unir sus impulsos creativos y anclar sus expresiones en el territorio a través de la creación de un colectivo de arte llamado “Última Esperanza”.

Como consecución lógica de esta búsqueda, experiencia y experimentación, crearon LiquenLab, primero con una inquietud de trabajar de manera colectiva y luego, para operar desde la propuesta de un espacio co-creado.

Fue así como el año 2010, Sandra, Nataniel y otras personas radicadas en la zona decidieron formar este espacio híbrido que, como su nombre lo índica -liquen- es una simbiosis entre un hongo y un alga, cuya metáfora sirve para describir a la perfección el cruce de disciplinas que se desarrollan en este laboratorio territorial.

El liquen, es además, una especie altamente resistente a las inclemencias del tiempo, lo que venía a reafirmar, según palabras de Sandra, lo que hace 10 años parecía imposible de sostener: hablar de cruces, experimentación y de resistencia en un lugar tan lejos del centro del país, tan al sur del epicentro de  Chile que sólo pensar en que permaneciera era una rareza, algo impensado.

De lo local al entramado transfronterizo

 

LiquenLab nace como una primera necesidad de Sandra y Nataniel y luego, como una necesidad colectiva, que incorpora además a personas vinculadas a la danza, la poesía y el arte visual más experimental.

Para Sandra,

«Si bien nuestra formación es desde las artes visuales hemos indagado en lo que podríamos llamar artes mediales o la utilización de los medios tecnológicos con esta búsqueda de buscar experimentar en este lugar tan alejado del centro, por eso, Liquen surge como un espacio de experimentación que habla de y desde el territorio patagónico, subantártico que es  y se transforma en un espacio que puede contener nuestras inquietudes artísticas y luego las de la comunidad en la que nos desarrollamos»

Nataniel, coincide con Sandra y profundiza en el rol del laboratorio

«liquenlab ocupa un espacio alternativo que no existía en la zona y que tiene que ver con el arte más experimental, viene a ocupar un espacio que privilegia las miradas que experimentan con el territorio y desde el territorio»

Si bien, es imposible concebir LiquenLab sin el espacio geográfico que lo contiene, su apuesta ha logrado traspasar fronteras desde el territorio hacia el exterior y desde lo internacional a lo local, por medio de la inclusión de artistas internacionales y la experimentación en base a lo local, además de la difusión y conexión de la experiencia con los rincones más alejados de la geografía sub antártica.

Ecofeminismo e inclusión

 

El ecofeminismo y la inclusividad forman parte de los valores de la asociación, por lo que sus acciones siempre van de la mano con una toma de conciencia que parte desde un aprendizaje profundo y la experiencia personal y como consecuencia, surge el rescate de un relevamiento de voces locales, voces olvidadas, de historias no oficiales e incluso no contadas.

Sandra nos contó que tras la lectura del libro «Ecofeminismo para otro mundo posible» Alicia H. Puleo, surge el replanteamiento de consolidar un intercambio fructífero entre ecologismo y feminismo.

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