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El Doctor (PH.D.) y Master en HISTOIRE ET CIVILISATIONS, École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS, París) estará en Punta Arenas el próximo jueves 20 de abril (19.30 horas) en la Librería Qué Leo (Errázuriz 932).
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Ofrecerá la charla “La imagen desde el agua: el estrecho de Magallanes como un configurador de la modernidad”, invitado por la Red de Intermediación Liquen Lab.
Replantearse, cuestionarse, provocar son algunas de las palabras que se reiteran en el discurso de Mauricio Onetto cuando habla de historia. El Licenciado en Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile y especialista en temas de Representaciones de la ciudad y territorios, Historia de la configuraciones espaciales y Relaciones entre Catástrofes y paisajes, estará en Punta Arenas el próximo jueves 20 de abril (19.30 horas) en la Librería Qué Leo (Errázuriz 932), ofreciendo la charla “La imagen desde el agua: el estrecho de Magallanes como un configurador de la modernidad”, como parte de las actividades de formación programadas por la Red de Intermediación Liquen Lab.
Onetto, quien además posee un Doctorado (PH.D.) y Master en HISTOIRE ET CIVILISATIONS, École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS, París), explicó que se trata de una actividad abierta a todo público, y que es una invitación a mirar desde otro lugar la historia: “El Estrecho es parte de la conformación de la propia historia de Chile pero nunca estuvo conectada con Chile, sino que está conectada con el mundo, en un nivel planetario”, dice.
¿Cómo se teje la multidisciplina que observamos en tu trabajo?
Es algo poco común. Aunque ahora parece que está de moda trabajar desde lo multidisciplinario. Pero para mí esto no significa solo citar a autores que no sean de la Historia o de la Antropología, eso todos lo podemos hacer. Sino que más bien consiste en plantear preguntas que tú sabes que en tu disciplina no te van a responder. Mis preguntas están hechas para ser ayudadas por otras disciplinas.
Cuando yo hablo de representación de algo, como de un terremoto, por ejemplo, necesito visiones de la filosofía, de la estética, de la literatura.
Y no es algo caprichoso, responde a una lógica. La Academia francesa me dio esa lógica. Lo que sí es importante es plantear preguntas que sean útiles.
¿Qué implica que sean útiles?
No me refiero a útiles en términos de producción económica. No para la economía y el crecimiento del país. Me refiero a que si voy a plantear un tema, es porque creo que es importante por múltiples razones y porque me vinculan con el mundo. Y que sea la ciudadanía la que escoja si le interesa o no. No hay que ser tan paternalista como para decir que vas a dar la verdad, pero hay que darle una vuelta.
Hay que tener cuidado porque aquí se cae en fascismos e incluso en movimientos que van en contra de la ciudadanía. Desde la historia explican un poco las guerras que hay en todas partes, los nacionalismos volviendo a surgir en el mundo, pero
las ciencias sociales no han sido capaces de avisar a la gente, de ser algo útil, de plantear conversaciones útiles.
¿Qué preguntas tratas de responder con los temas que planteas?
Una de las preguntas que yo trato de responder con mis temáticas es algo muy simple: ¿Cuáles son los soportes discursivos que han hecho que hoy seamos lo que somos como país, como sociedad? Y ahí te das cuenta que esa historia elitista ha ayudado a que todo se mantenga como está. Ahora hay que hacer una historia más sofisticada, que ponga en duda.
¿De qué sirve O´Higgins? Todos esos héroes legitiman una historia como si fuera la historia verdadera y no hay un re planteamiento sobre relaciones distintas…con el espacio, con el arte, con nuestras sensibilidades.
Hoy día creo que hay que darle una vuelta a la historia nacional. Más que O´Higgins me interesa saber cómo nos hemos relacionado con el territorio. O´Higgins y Carrera legitiman la historia de unos pocos, de unos próceres, lo hegemónico. Legitiman en consecuencia la desigualdad en Chile.
¿Y cómo vas a abordar el tema del Estrecho?
El Estrecho es parte de la conformación de la propia historia de Chile pero que nunca estuvo conectada con Chile, sino que está conectada con el mundo, en un nivel planetario. Los propietarios del Estrecho de Magallanes en 1531 eran los banqueros alemanes. Pedro de Valdivia -las cartas lo dicen- no tiene intención de conquistar Chile, le interesa el Estrecho de Magallanes pero a nivel planetario. Que nuestros historiadores digan que quería llegar a Chile, es otra cosa.
La historia del Estrecho de Magallanes está conectada a una historia planetaria desde sus conexiones. Yo digo que el Estrecho es un pasaje mundo, un lugar que me permite conocer la conciencia mundo de la época. Plantear y ver la historicidad de la época y entre otras cosas, la propia territorialidad de Chile, cómo es que hay una idealización de ciertos territorios que nos sirven en términos políticos. Por ejemplo, la primera marcha contra Piñera es la marcha de una parte del sur que nadie conoce, pero donde hay una idealización constante que hace que nuestro nacionalismo surja.
Hay que dejar de pensar que la historia son solo datos, hechos y linealidad.
¿Por qué te refieres en el nombre de la charla a la imagen desde el agua y al Estrecho de Magallanes como un configurador de la modernidad ?
El Estrecho de Magallanes, técnicamente, fue el último punto que permitió la legitimidad, la construcción de la imagen de la tierra. La circularidad de la Tierra se confirmó en términos de completitud. Es la primera vuelta al mundo verdadera. La imagen se completa. Y hay que redefinirse. Lo interesante es que esto viene desde el agua, no de la tierra. Vienen a partir de una experiencia náutica y para mi la modernidad es la conquista del mundo a través de la imagen.
La modernidad es la imagen, la misma experiencia hoy se define por la imagen. Entonces, una de las cosas que yo noté es que desde el Estrecho, desde ese fin de mundo, esta imagen comienza a surgir.
Me voy a tomar de una carta de la época entre las autoridades donde se habla de que lo antiguo es fabuloso y falso. Se habla del Nuevo Mundo desde ese momento, no desde que Colón llega. Y de lo que me he dado cuenta es que en ese punto, ese Estrecho que es de paso, termina siendo un rinconcito que acumula la utopía, que acumula todas las imágenes posibles que permiten comprender la modernidad desde lo ontológico, e incluso el capitalismo. Porque por el estrecho de Magallanes el capital transita por el mundo por primera vez.
Y ante esto también hay cambios estéticos en temas como la monstruosidad, por ejemplo. Los hombres monstruosos de los que hablaron, no existen.
Cambia al estética, se impone la estética de lo perfecto. La esfera. La esfera es el único gran referente. Desde su centro todos los puntos se miran, se tocan.
¿Cuál es tu opinión respecto a los aportes a la historia que se han hecho en Magallanes?
Jamás desmerecería el trabajo de Mateo Martinic, gracias a sus mapas me di cuenta de muchas cosas. Pero creo que ahora hay que hacer otras lecturas. Y esto es un avance, una nueva lectura. Hoy tenemos otras herramientas y bases de datos. Yo trabajo con grafistas, con artistas, buscando fuentes en otras partes. Ahora es más complejo. Hablamos de secretismos, de geopolítica.
El Estrecho ya estaba descubierto desde antes de que dijeran que estaba descubierto. La certitud o la demostración de una idea ya instaurada, eso es el descubrimiento.
¿Quiénes esperas que asistan a esta charla?
Me encantaría que fueran todos. No es necesario saber sobre el tema. Van a haber imágenes y relecturas. Está abierto para todos. Vamos a aprender, vamos a dialogar. Voy con esa disposición, porque hay tantas cosas que arreglar. Ojalá podamos hablar. Creo que hay temas de interés que nos unen. Hay contenidos poco trabajados, por ejemplo en el Fuerte Bulnes que es lindo, pero en contenido está poco trabajado.
Hay que dejar de lado esta idea tan simplista del patrimonio, tan caricaturesca. Hay una voluntad que falta. Y a veces se confunden porque se asume que la gente no está preparada y se hacen cosas simplistas.
Hay que hacer una labor historiográfica. Darle vuelta a los datos y conectarlos con otros.
Nos vendieron esta historia de los próceres que no nos sirve para nada. Hagamos ahora algo relacionado a nuestros tiempos, que nos sirva de algo. No vivimos en una burbuja. Y bueno, la idea también es provocar, porque a nadie le gusta que le rompan sus límites paisajísticos mentales.